Ballet Bolshoi, una compañía un tanto peculiar
En el año 1773 se comienzan a impartir en un orfanato de Moscú clases de danza con la idea de que los alumnos tuvieran un entretenimiento. Como era obvio, no tenían idea de que con el paso de los años se convertiría en una de las mayores y más conocidas compañías actualmente a escalas mundiales.
Uno de los principales directores fue Alexander Gorsky, manteniéndose en su puesto casi 50 años.
La compañía comenzó sus actuaciones en 1776. Luego de que éste sufriera un incendio en agosto de 1805, un nuevo inmueble se construyó sobre los restos del antiguo teatro, el cual fue inaugurado en 1825. Viendo que conseguían cierto tirón y éxito se trasladan al Teatro Bolshoi, mientras Adam Gluszkovsky estaba al mando. Puesto que sus dimensiones eran mayores que las del anterior, recibió el calificativo de «grande» —bolshói—, pero en 1853 éste también volvió a incendiarse. La reconstrucción abarcó un largo período de tiempo (3 años), y el Teatro Bolshói reabrió sus puertas el 20 de octubre de 1856.
Entre 1861 y 1864, el coreógrafo italiano Carlo Blasis colaboró con la compañía. En 1869 se representó “Don Quijote”, con coreografía de Marius Petisa y en 1877 “El lago de los cisnes” del austriaco Julius Reisinger. Durante el siglo XIX, la compañía de San Petersburgo gozaba de mayor fama que la de Moscú.
Desde sus inicios, el Ballet Bolshói se fue consolidando como símbolo de la cultura y el Estado rusos. Ya en 1806 la Escuela de Teatro Petrovsky se reorganizó para convertirse en el Colegio Imperial de Teatro de Moscú, el cual se dedicó a la formación de artistas de ópera, ballet y teatro, y de músicos de la orquesta; y en 1911 éste se convirtió en la Escuela de Ballet de Moscú, precursora del Bolshói.
En la década de 1950, los principales bailarines eran: Maia Plisiétskaia, Raissa Struchkova, Nina Timofeyeva, Nicolai Fadeyechev y Andris Liepa.
Hacia 1956, la compañía debutó en Londres y su fama se extendió rápidamente por todo el mundo.
En 1964 es nombrado director Yuri Grigoróvitch. Bajo su dirección se produjeron ballets de larga duración, donde se destaca “Spartacus” (1968), con movimientos espectaculares, 'Pas de Deux' complicados... Este ballet, junto con revisiones de los clásicos, conforman el repertorio de esta compañía rusa.
A partir del año 2000, el Teatro pasó a dependencias del Ministerio de Cultura de Rusia, y Vladimir Vasiliev fue sustituido por el director de orquesta Guennadi Rozhdéstvenski, como director general artístico.
Actualmente, entre los principales bailarines se encuentra: