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Peribáñez y el Comendador de Ocaña


Título: Peribáñez y el Comendador de Ocaña

Autor: Lope de Vega

Nº páginas: 196 Editorial, edición: Cátedra, edición de Juan María Marín

Año publicación: 1614

Género: dramático (teatral), drama de la honra villana.

Personajes principales:

  • Pedro Peribáñez

  • Casilda

  • El Comendador

  • Leonardo

  • Luxán

  • Inés

Resumen completo:

La historia transcurre en Ocaña, un municipio de toledo. En el día de la boda de Casilda y Peribáñez (un villano humilde, Bartolo les informa de que el Comendador de Ocaña ha sufrido una cornada de un toro y Casilda se ofrece a cuidarlo y a intentar reanimarlo. Nada más despertarse, le dice a Casilda que creía que había muerto porque al verla pensó que era un ángel, y dice que les debe a los dos que esté vivo. Luego se dicen lo que esperan del otro como buen cónyuge.

Uno de los criados del comendador se da cuenta de que algo le pasa, y piensa que se ha enamorado, como efectivamente lo desvela luego él mismo cuando se dirige a Peribáñez en un monólogo dónde dice lo afortunado que es el villano por tenerla. Traza un plan con su lacayo Luxán, y deciden regalarle algunas cosas a la pareja (animales, objetos decorativos…) para ganarse su confianza. Mientras, Luxán contacta con un pintor para que le haga un retrato de Casilda al Comendador, a partir de otro retrato más pequeño.

Peribáñez tiene que ir a Toledo durante el tiempo de la siega, Leonardo, otro de los lacayos del Comendador, se entera de esto y se lo comunica a su señor. El Comendador aprovecha la situación. Además, Luxán le dice por dónde van a estar los segadores para que nadie lo vea acercarse, y le detalla cómo es la casa, para que encuentre los aposentos de Casilda. Le pide a Leonardo que vaya a por el retrato de Casilda a Toledo, que ya debe estar acabado.


Casilda le confiesa a su prima Inés que siente celos de que su marido de haya ido a Toledo. Dos segadores ven acercarse un carro y al ver que uno de los hombres lleva una capa de oro, descubren que es el Comendador, pero deciden hacerse los dormidos. Casilda abre la ventana del portal y el Comendador le habla como un segador, y le dice que el nunca la dejaría sola como ha hecho su marido. Ella le contesta que ama a su marido, que prefiere la humildad de Pedro y no sea tan rico ni tenga tantas joyas y adornos sus ropas como las del Comendador. Él le ruega que abra, pero Casilda se aparta de la ventana y los segadores comienzan a despertarse. El Comendador huye cuando Luxán lo avisa.

Peribáñez en Toledo entra con Antón en la casa de un pintor, y ve un cuadro en el que sale una mujer que le recuerda mucho a la suya, Antón también cree que tiene semejanza. Peribáñez le pregunta quién es la mujer y quién la ha mandado retratar. El pintor le contesta que lo hizo en secreto y admite que fue el Comendador de Ocaña, pero que la mujer no sabe nada del retrato. Piensa para sí que si ella no lo sabe, no puede culparla por nada, pero piensa que él cometió un error al casarse con una mujer tan hermosa, y ahora teme por su honra.


Leonardo se entera por Inés de cómo está Casilda, y le dice al Comendador que no se rinda, que siga intentándolo y haga que Peribáñez se ausente de forma honrada. Casilda le dice a Inés que Leonardo la engaña, pero Inés contesta que sí la quiere.

Al regresar Peribáñez, Luxán se presenta como criado del Comendador y le informa de que su señor quiere hablar con él. El Comendador quiere hacer capitán a Peribáñez, y antes de irse a la guerra , le dice que cuide de su mujer. Pero a la mitad del camino vuelve a Ocaña, le pide ayuda a Antón y tras entrar en su casa por la de Antón para no ser visto, se esconde.

El Comendador llega más tarde y Casilda y él hablan. Ella le deja muy claro que quiere a su marido, y Peribáñez sale de su escondite, hiriendo de muerte al Comendador, y a Luxán y a Inés por cómplices. Luego huye con Casilda.

La muerte del Comendador llega a oídos del rey y la reina, y ofrecen una recompensa a quien les entregue a Peribáñez. Al enterarse, Peribáñez decide ir con Casilda a entregarse para que le den la recompensa a ella, no sin antes relatar la historia y la razón que lo llevó a matar al Comendador. La reina tras escuchar el motivo, dice que no es delito defender su honra, perdonan a Peribáñez, y le regalan vestidos a Casilda.


Valoración:


Conviene, y con razón, leer de vez en cuando libros antiguos para hacerse una idea de la sociedad de la época y por supuesto, ver el estilo de los escritores de otras épocas. Hay muchas situaciones que me han llamado la atención en esta historia, en especial, la escena en la que Peribáñez se da cuenta de que el retrato en casa del pintor es de Casilda, me pareció muy divertida y llena de eufemismos que añadían dramatismo y comedia al relato.


Un drama con escenas también divertidas, y frases sutiles que nos dejan ver lo que piensan los personajes sin llegar a ser demasiado expreso. musicalidad con la que está escrito. No es sencillo de leer, y muchas veces, ni de entender, pero se pueden aprender muchas curiosidades y vocabulario que actualmente está en desuso.


Frase destacada:


“No hay sangre donde hay honor”

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